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Mantenimiento de aguas de piscinas, SPAs, parques acuáticos

¡Empieza la temporada de calor! Ya los hoteles, gimnasios, SPAs, parques acuáticos y otros centros que utilizan el agua como medio recreativo, deben tener redacto y puesto en marcha el “protocolo de autocontrol de piscinas”. El objetivo es mantener durante toda la temporada el agua de baño de sus instalaciones en un estado sanitario óptimo. Directivas, Reales Decretos y Decretos obligan a ello y los operadores económicos de estas instalaciones, mediante su personal de mantenimiento, deberán estar perfectamente preparados para tal fin. Desde Centro Tecnológico de Seguridad Alimentaria asesoramos a todos los operadores económicos, que dispongan de instalaciones que utilicen el agua como medio recreativo, para que puedan mantener en un estado óptimo la calidad del agua de baño, diseñando y poniendo en marcha el “protocolo de autocontrol de piscinas” y realizando periódicamente los controles físico-químicos y microbiológicos que establece la legislación vigente.

¿Qué se tiene que controlar en el agua de piscinas, SPAs y otros tipos de instalaciones que usen el agua como medio recreativo?

Indicadores microbiológicos y parámetros físico-químicos como el pH, transparencia, turbidez y cloro libre residual, entre otros, nos van a permitir tener una idea de la calidad del agua de baño. Los microorganismos que se introducen continuamente en las aguas de baño, ya sean por los bañistas u otros portadores, pueden llegar a ser peligrosos para la salud si no se eliminan a tiempo. La desinfección del agua de piscina es muy importante para reducir el nivel de dichos microorganismos. El cloro es el desinfectante más común en la mayoría de las aguas de piscinas, SPAs y demás debido a su alta eficacia como bactericida y su bajo coste. Aunque ya hay algunos operadores económicos que utilizan el bromo como agente desinfectante a pesar de su mayor coste, pero no es lo habitual.

¿Cómo actúa el cloro en las aguas de baño?

El cloro en las aguas de baño nunca se encuentra en forma gaseosa sino bajo la forma de ácido hipocloroso. Sin embargo el ácido hipocloroso tiende a descomponerse en presencia de los rayos ultravioletas del sol, perdiendo así su efectividad como desinfectante. Ello provoca que se tenga que estar con una continua adición de producto a la piscina para mantener los niveles de desinfección. La descomposición del ácido hipocloroso por los rayos ultravioletas, puede ralentizarse por la presencia de ácido isocianúrico en el agua ya que este último actúa como estabilizante del ácido hipocloroso, con lo que se consigue un menor consumo de agente desinfectante y un efecto más duradero. Una mejora fundamental en el campo de la desinfección del agua de baño de piscinas, SPAs y otras instalaciones, fue llevada a cabo en 1958 con la introducción de los Cloroisocianuratos. Estos productos químicos (presentados comercialmente bajo diferentes formas) son capaces de suministrar tanto ácido hipocloroso, como ácido isocianúrico a la vez, es decir, suministran el desinfectante y el estabilizante al mismo tiempo.

Hoy en día, la estabilización de las aguas de baño puede llevarse a cabo mediante una fuente convencional de hipoclorito y ácido isocianúrico o bien directamente en una de las diversas presentaciones cloroisocianuradas. Hay que tener en cuenta que uno de los factores fundamentales para que el cloro actúe de forma óptima es el pH del agua (medida de acidez o alcalinidad de una solución líquida). Los valores de pH el agua pueden ir desde 0 a 14, donde 7 representa un valor neutro.

En el caso de las instalaciones de agua de baño, el pH debe de estar entre 7,2 y 7,6. Este rango es óptimo para una desinfección eficiente del agua ya que hace que el ácido hipocloroso no este ionizado y tenga mayor poder desinfectante. El cloro (en forma de ácido hipocloroso) reacciona con los microorganismos inactivándolos. Por tanto, para asegurarnos que el agua de baño esta libre de microorganismos debemos medir la cantidad de cloro libre presente en la misma. Los valores han de oscilar entre 0.5 a 2 mg/l sin superase en ningún caso los 5 mg/l debido al riesgo de la formación de los temidos Trihalometanos (THM), que son compuestos químicos de probada carcinogénesis.

Los THM se generan durante la desinfección del agua debido a la reacción del cloro con la materia orgánica presente en el agua. La cantidad y proporción de THM en el agua dependerá de la cantidad de cloro añadido, cantidad de materia orgánica, y concentración de bromuros del agua, pH y temperatura. La ausencia de cloro libre por debajo de los valores anteriormente mencionados en un agua de baño de piscina, SPA y demás sería indicativo de presencia más que probable de microorganismos perjudiciales para nuestra salud. Mientras que la presencia de cloro libre por encima de valores de 5 mg/l puede ser indicativo de la presencia de THM, también muy perjudiciales para nuestra salud. Es por tanto de vital importancia mantener la concentración de cloro libre en la concentración adecuada.

¿Cuáles son los factores que pueden influir en el consumo del cloro añadido en una agua de baño?

Muchos pueden ser los factores ambientales externos que pueden determinar la cantidad de cloro a adicionar hasta tener los valores entre 0.5 -2 mg/l. Los más importantes son: – Número de bañistas – Fenómenos atmosféricos como la lluvia, viento, altas temperaturas y elevada exposición solar. – Vegetación del entorno

Recomendaciones para un buen uso del agua de baño de piscinas, SPAs, parques acuáticos, etc.

1. Comprobar frecuentemente el cloro disponible, manteniendo los niveles prescritos en la legislación vigente (0,5-2 mg/l en el caso de la legislación española – RD 742/2013).
2. Añadir, si es necesario, las cantidades de producto convenientes, siempre siguiendo las indicaciones de los documentos adjuntos al producto o bien las situadas en la etiqueta de los mismos.
3. Hacer tratamientos de choque cuando sea necesario (proliferación anormal de algas, malos olores, suciedad, etc.) siguiendo las instrucciones cuidadosamente y esperar a usar las instalaciones de baño de nuevo hasta haber alcanzado las condiciones de pH y cloro óptimas.
4. En todos los casos seguir las instrucciones de uso y dosificaciones indicadas por el fabricante y tener la concentración de cloro en las instalaciones de agua de baño siempre entre los valores establecidos por la legislación vigente.

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