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Análisis de Triquina (1/2)

Desde Centro Tecnológico de Seguridad Alimentaria queremos trasladar la importancia del control de la Triquinosis como enfermedad parasitaria. Por este motivo, ampliamos nuestro alcance y ofrecemos el servicio de análisis de Triquina spp. en carne de caza (jabalí, venado y aves) y en cerdo doméstico.

La triquinosis es una parasitosis zoonótica, causada por Trichinella spp., de localización intestinal inicial y tisular (tejido muscular), la cual se adquiere a través de la ingesta de carne cruda o mal cocida con larvas vivas en células musculares de cerdos domésticos, jabalíes, caballos, venados, aves de caza, perro, etc. La mayor parte de los hospedadores son silvestres, sin embargo, son de importancia particular para la triquinosis humana los animales anteriormente mencionados cuya carne y derivados son de consumo humano.

A nivel mundial, la especie prevalente, es Trichinella spiralis, aunque también tienen relevancia Triquinella nativa y Triquinella murelli. El patólogo alemán Zenker (1860) identificó al cerdo doméstico como posible fuente de infección para los humanos. Años más tarde, este cerdo doméstico fue señalado como el principal reservorio de Trichinella spiralis y como la fuente de infección de mayor importancia. Es la especie mejor adaptada a los cerdos (domésticos y silvestres) y la más detectada en ellos. También se considera el principal agente etiológico de enfermedad en el humano, con distribución cosmopolita; los humanos la han introducido en la mayor parte de los continentes, de manera pasiva, a través de los animales.

Las principales manifestaciones clínicas que presenta la infestación por triquina son mialgias (dolores musculares), diarrea, fiebre, edema facial y cefalea con posibles complicaciones posteriores que incluyen principalmente miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) y encefalitis (inflamación del cerebro), pudiendo causar la muerte de la persona afectada, aunque la tasa de mortalidad es muy baja.

Para el tratamiento de esta parasitosis se suelen utilizar antiparasitarios del tipo albendazol, mebendazol y analgésicos no esteroideos, corticosteroides (prednisona), pero hay que tener en cuenta que los parásitos que ya han desarrollado una cápsula son resistentes a los fármacos.

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