Artículos
Nuevos modelos de alimentación. ¿Un riesgo para la seguridad alimentaria?
La preocupación por la seguridad alimentaria hace años que apareció, y ya en el siglo XIV existía en el Reino de Valencia el llamado libro de Mostasaff, uno de los primeros códices medievales sobre seguridad alimentaria, referida a la inspección en la higiene de la matanza en los mercados. El conocimiento científico fue avanzando y paralelamente aumentó el interés por la seguridad alimentaria. El primer gran centro de coordinación ciencia-seguridad-legislación fue la FDA norteamericana en 1906 (Theodore Roosevelt durante su presidencia firma la “Ley de alimentos y Fármacos Puros” que autorizaba al gobierno federal a inspeccionar las empresas de alimentación y obligaba a los fabricantes a especificar la lista de ingredientes. La evolución ha sido tal hasta la actual FDA norteamericana y la reciente Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (European Food Safety Authority – EFSA) , cuyo principal objetivo es tener la responsabilidad de proporcionar los métodos científicos para alertar y detectar todos aquellos problemas que afecten a la Seguridad alimentaria de los países miembros.
Cuanto hemos cambiado, o mejor dicho, cuanto ha cambiado el hábito alimenticio de la sociedad actual. Atrás quedan los platos caseros de cuchara que se preparaban mimosamente en cada una de nuestras casas. El tiempo manda, los segundos nos gobiernan y vamos como se dice coloquialmente “a toque de pito”. Pocos pueden permitirse el lujo de elaborar comidas caseras con ingredientes de la huerta, que no de invernaderos, e ingredientes del campo, que no de las granjas. La industria alimentaria evidentemente no quiere quedarse atrás y se adapta a la evolución de la sociedad ofreciendo nuevos modos de alimentarse con el menor esfuerzo posible, ejemplo de ello son los alimentos de cuarta y quinta gama (véase artículo en el blog con fecha 14-10-2015). La industria hostelera minimiza sus riesgos y prefieren cocinas de regeneración, donde no se cocina, es decir, donde únicamente se regeneran los productos ya cocinados. En contrapartida a esto aparecen los productos “ecológicos”, productos que supuestamente son “más beneficiosos” que los “no ecológicos”. Pero, todo este cambio de tendencia en la alimentación, ¿esta afectando a la seguridad alimentaria?
LA FDA norteamericana y la EFSA se esfuerzan por no quedarse atrás y estar al día en el análisis de riesgos de los nuevos modelos de alimentación, alertando de los nuevos peligros que aparecen para la población y que comprometen la salud pública, tales como los microbiológicos asociados a la Listeria monocytogenes en los alimentos listos para el consumo, los químicos asociados a la presencia de metales pesados en el pescado, o las dioxinas asociadas a los envases de plástico tan utilizados en la actualidad.
La sociedad evoluciona y con ella los modelos de alimentación que forman parte del sistema alimentario global. Pero estos modelos deben encajar en armonía con lo que la misma sociedad demanda, es decir, la seguridad alimentaria en toda la cadena, desde la producción al consumo y de ahí el papel fundamental que desempeñan actualmente la FDA norteamericana y la EFSA.